Diversas actividades tuvieron lugar en el instituto
con motivo de la celebración del día 31 de octubre. En primer lugar y como
viene siendo tradicional, en Inglés y Francés, se realizaron lecturas de
relatos de terror.
Para 3º y 4º ESO los relatos seleccionados por el departamento de inglés forman parte de la recopilación de relatos de misterio de Edgar Allan Poe, Tales of mystery and imagination (Oxford Bookworms) cuyos títulos son The black cat y The tell-tale heart. También se leyeron textos en clase sobre la procedencia de la tradición de celebrar Halloween en las distintos países de habla inglesa. En algunos grupos se tradujo la canción Thriller de Michael Jackson y vimos el video. Otros ejercicios de vocabulario y quizzes se llevaron a cabo en los cursos de 1º y 2º ESO.
En Lengua tuvieron lugar diversas actividades
dependiendo del curso.
Los cursos de 1º ESO están elaborando por clases libros de cuentos de
terror escritos por los propios alumnos.
En 2º ESO se realizó el I Concurso de
Cuentos de Terror, en el que fueron ganadores Ignacio Morillas Rosell (2º A),
Daniel Balbuena Silvestre (2º B), Guillermo Chicón Lorente (2º C) y Álvaro
Dorado Navas (2º C).
Los alumnos de 3º ESO grabaron un informativo especial
“TeleHalloween”, que fue proyectado en todas las clases del centro a 3ª hora. En 4º de ESO se
escuchó la lectura dramatizada de “El monte de las ánimas”, de Bécquer.
Asimismo y, a tercera hora también después de verse “TeleHalloween”, un grupo
de alumnos de 4º de ESO desfilaron por los pasillos recreando la procesión de las
ánimas del purgatorio (“Santa Compaña”). Todos los alumnos del centro fueron
dirigidos al patio donde Autana Arias, Sofía Beriol, Abril García, Sophie
Harty, Elisa Onica y Sabina Parlattore escenificaron una coreografía musical
disfrazadas de zombies.
A continuación, reproducimos uno de los cuentos
ganadores del concurso realizado en 2º, “El libro”, de Álvaro Dorado.
El Libro
En aquella lluviosa tarde del 17 de octubre habían
sucedido cosas extrañas. Un tipo, no muy alto, con pelo gris como ceniza y ojos
cansados, me dio un libro con una especie de símbolo. Era exactamente igual que
el que había en el cementerio del pueblo. Me dijo que si no quería que entrase
en maldición, no lo abriera, que él estaba harto de seguir con ese peso, así
que eso hice lo guardé en el baúl del sótano, en el que nadie mira.
Pero, la curiosidad me estaba matando, tenía que
abrirlo. Esperé a que se hiciera de noche, cuando todos estuviesen dormidos, y
me lo llevé a mi cuarto junto a una linterna para leerlo bajo la sábana. En la
contraportada había una nota escrita a mano que decía:
``Si este libro osas
leer, mucho interés has de tener, pues si lo comienzas a leer una oscura
profecía no podrás detener’’
A mí me dio igual, iba a leerlo. Justo cuando lo abrí,
la voz del mismo hombre que me lo dio susurró “No sabes lo que has hecho”.
Desde ese momento sabía que me había metido en un lío de los gordos. Bueno no
quiero desviarme demasiado. Sentí un ligero cosquilleo que recorría mi espalda,
escuché unos ruidos que provenían de la calle: ¡eran gritos de mi vecino que
contra su voluntad se estaba acercando a la carretera y un camión venia a mucha
velocidad desde lejos! ¡Era como si unas cuerdas transparentes lo arrastraran!
De pronto, se paró en la carretera... mi vecino no
podía moverse... era incapaz de mover absolutamente nada... solo la boca para
que yo escuchase su sufrimiento y entonces... cerré los ojos y... sí, fue
atropellado por el camión. En el camión se podía leer desde lejos: “Solo
es el principio”.
El libro emitió una luz, lo abrí y pude ver que se
acababa de escribir una oración. Esta decía lo siguiente:“Antes del día de
Halloween debes traernos tres plantas del cementerio, los huesos de algún
difunto que haya muerto en agonía, si lo haces te dejaremos con articulaciones
de hierro, una máscara de metal por cara y cuerpo de titanio, si por lo
contrario te niegas tu hermana, tu padre y tu madre enloquecerán y vagarán por
la oscuridad después de que lo hayas presenciado irás tu” ¡Tenía que
buscar al hombre que me dio el libro! Pero no tenía tiempo suficiente, en dos
semanas no te vuelves a encontrar a un vagabundo que anda por la ciudad.
Al día siguiente me desperté. Pensé que todo había
sido una pesadilla, pero no, el libro seguía ahí. Recordé los hechos sucedidos
y me vestí para ir al instituto. Me llevé el libro. Por supuesto, no quería que
nadie supiese esto. En ciencias se me ocurrió una idea buenísima, quemar el
libro.
Cuando llegué a mi casa me aseguré que no había nadie
en ella y me dirigí al salón (porque allí es donde tenemos la chimenea), lo
quemé y el libro desapareció. Me olvidé del tema y pasé página, pero justo el
día de Halloween, cuando me desperté, había un objeto en mi escritorio: el
libro.
Llamé a mi hermana, pero no contestaba, me estaba
empezando a plantear que lo que ponía en el libro era real y... cuando llegué
al salón mi hermana estaba tumbada en el suelo con unas marcas en el cuello. Le
tomé el pulso: estaba muerta. Miré por la ventana que, curiosamente, estaba
abierta y presentaba unas huellas de botas sucias. Ya me imaginaba quién había
sido; sabía que mi madre estaba bien, porque la escuchaba arriba en su cuarto
terminando de ponerse el maquillaje, pero no sabía nada de mi padre, porque él
siempre se va de casa temprano para ir a la oficina, en la ciudad.
De repente, escucho el teléfono fijo, número
desconocido, cojo el teléfono, es la policía, dicen que un tal Steve Doug ha
asesinado a mi padre, mientras caminaba hacia la oficina. En ese momento me
vengo abajo, sé que la próxima será mi madre y después yo. Así que, corro hacia
la segunda planta y entro en el cuarto de mi madre, suelto un alivio, porque
aún sigue viva, pero, de repente, escucho un sonido abajo en la entrada. Están
llamando al timbre, pero no voy a ir a abrir la puerta, porque dejaría a mi
madre sola y no quiero que corra la misma suerte que mi padre y hermana. Luego
noto que dejan de tocar la puerta y percibo un sonoro golpe, llamo a mi madre y
le digo que se esconda en el baño, que han entrado en casa y están subiendo la
escalera, abren la puerta del cuarto…
Y es él, el mismo vagabundo que me dio el libro.
Cuando le pregunté que por qué hacía esto, me respondió que el libro está
vinculado a una maldición que realizó un mago en la época medieval que
consistía en que el primogénito de cada generación de la familia Doug se
convertiría en un despiadado asesino en serie el día de Halloween. Cuando su
abuelo pudo neutralizar la maldición con ese libro encerró el conjuro en él,
pero abriendo la cinta que llevaba se desataba. Me lo dio a mí porque sabía que
lo abriría; pero había algo que no sabía así que se lo pregunté: “¿Por qué a mi
familia y a mí?” El vagabundo me contestó que porque yo era descendiente del
mago y que debía morir por ello.
Me llevó al cementerio, por supuesto, yo intenté
evitarlo, pero... tenía mucha más fuerza que yo. Me colocó y me anudó a una
lápida en la que estaba escrito mi apellido y empezó a decir unas palabras muy
raras como si estuviera realizando un conjuro. Después me explicó que yo vería
morir a mi madre y seguidamente moriría yo, pero me dijo algo inaudito que,
cuando yo muriese, el también lo haría pues no podía vivir con la conciencia
tranquila al haber matado a personas inocentes. Antes de intentar llevar a cabo
su macabro plan me dijo su nombre... Steve Doug...
Fin
(c) Álvaro Dorado Navas
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